terça-feira, 5 de novembro de 2013

Enamorado pelo Viognier Garzón Reserva



O sommelier Daniel Arraspide, de Montevideu, um dos maiores conhecedores de vinhos do Uruguai, bebeu um Garzón Viognier Reserva, se enamorou do vinho e escreveu “cuando un vino enamora, todas las barreras caen”. Eis seu texto:
 Nombre Comercial: Variedad: Viognier
Cosecha: 2012
Alc. Vol.: 12,9 %
Enólogo: Germán Bruzzone (residente) -  Alberto Antonini (asesor)
Productor: Bodega Garzón (Agroland) / Pueblo Garzón, Maldonado, Uruguay
Desde hace buen tiempo lo venimos diciendo: no solo de Tannat’s vive el Uruguay. Y en repetidas oportunidades nuestras listas de recomendados han transitado por otros caminos que – sin ignorar los buenos Tannat’s y otros tintos que en el país se producen – han sabido reconocer que los blancos uruguayos están cada vez mejores.
Un ejemplo claro de ello es este vino que hoy es objeto de nuestra recomendación, un blanco elaborado con uvas cultivadas en lo que muchos han dado en llamar “la pequeña Toscana”. Un lugar casi que paradisíaco que visitamos por última vez hace algo más de un año y que viene llevando adelante – con una fuerte inversión de capitales argentinos – lo que de aquí a algunos años se convertirá sin dudas en una empresa del rubro vitivinícola de grandes magnitudes.
Bien, yendo a lo que vinimos…. este vino que logró enamorar nuestros sentidos se trata de un varietal de Viognier (una cepa francesa que tiene su cuna en la margen sur del Ródano) y que en este rincón del Uruguay parece haber encontrado un microclima (un micro terroir si lo prefieren) que potencia sus cualidades al máximo.
De color amarillo pálido y reflejos leves dorados, una untuosidad que ya se evidencia en la copa al hacer girar el vino, y aromas a fruta de pulpa blanca como el durazno (especialmente el “pelón”) ciruelas amarillas, y un toque leve tropical de ananá (o piña) que se entremezclan con notas de flores y especias, es un vino que seduce ya en la etapa visual y olfativa.
En la boca su expresión es la de un vino con cierta presencia, volumen medio, repitiendo las notas frutales antes percibidas, y agregando un tacto aterciopelado, acidez viva (pero no excesiva) y un largo de paladar sorprendente.
Ideal para acompañar un plato de suprema de pollo rellena con espinacas y queso de cabra en suave salsa de mangos. Beber en el entorno de los 10 grados.

El vino fue comprado en Licoreria Las Vizcarras (Montevideo) a un costo de $ 415 (R$ 43,82).”

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